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Santiago Agrelo, Arzobispo de Tanger
ANTE LA NUEVA EDICIÓN DEL MISAL ROMANO
APROBADO POR LA CONFERENCIA EPISCOPAL
Santiago Agrelo, Arzobispo de Tanger: "Volvamos
al latín. Al menos, nos engañaremos un poco a nosotros mismos pensando que
decimos algo"
¿Por qué volver
al latín? Porque cuando el latín era la lengua
ritual, los fieles suponían que con aquella lengua incomprensible el cura
expresaba pensamientos sublimes, realidades misteriosas, cosas de Dios
¡Que
vuelva al latín! Lo digo en serio: ¡Que vuelva el latín a la liturgia
romana! Y no piensen que he perdido el juicio. He perdido sólo la esperanza,
no ya de ver retirado de la circulación el «Misal Romano. Edición típica según
la tercera edición típica latina, aprobada por la Conferencia Episcopal
Española y confirmada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina
de los Sacramentos», sino incluso la de ver asomar al ánimo de los pastores una
mínima señal de preocupación o inquietud por el abandono en que el Misal ha
dejado a los fieles. ¿Por qué volver al
latín? Porque cuando el latín era la lengua ritual, los fieles suponían que
con aquella lengua incomprensible el cura expresaba pensamientos sublimes,
realidades misteriosas, cosas de Dios. Y ahora, que de aquella lengua del clero
se ha hecho traducción literal a la lengua del pueblo, a todos ha resultado
evidente que detrás de las palabras no había nada: ¡Nada! Fíjense en el
texto que padecemos esta semana en las misas del Tiempo Ordinario:
"Dios todopoderoso y eterno, haz que
te presentemos una voluntad solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con
sincero corazón."
"Concédenos, Señor, estar al servicio
de tus dones con un corazón libre, para que, con la purificación de tu gracia,
nos sintamos limpios por los mismos misterios que celebramos."
"Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de
las realidades del cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y seamos
instruidos por los eternos."
Me pregunto si entre los millones de fieles
de lengua española se encontrará uno solo que utilice semejante fraseología.
Apuesto a que no. Entonces,
por favor, volvamos al latín. Al menos, nos engañaremos un poco a nosotros
mismos pensando que decimos algo.